Hace unas semanas, estuve en la presentación de esta novela en Fnac y me quedé con muchas ganas de leerla. Por eso, cuando desde Fantascy contactaron conmigo para ofrecérmela a cambio de una reseña no me pude negar. Al día siguiente me llegó y la empecé sin perder tiempo, dejando aparcadas las otras lecturas que tengo a medias.
Aranzazu Serrano Lorenzo ha creado su propia saga vikinga, cogiendo elementos de la mitología nórdica, cambiando algunos, dejando tal cual otros, y añadiendo esa fantasía épica que tan bien le va a este tipo de ambientación.
La historia de Neimhaim es la historia de dos tribus totalmente diferentes: los kranyal, guerreros incansables; y los djendel, pacíficos sacerdotes que viven en comunión absoluta con la naturaleza. Invasiones a sus tierras por tribus invasoras obligan a una Alianza y, para que esa unión sea fuerte, las tribus se unirán a través de un hijo de cada una: niños concebidos para ese momento. Pero el desterrado dios del Norte, Nordkinn, retorcerá las cosas para su propio beneficio.
Las casi 900 páginas de Neimhaim nos trasladan a ese mundo. De la mano de Shagan y Ailsa lo conoceremos y serán ellos quienes conduzcan toda la historia, desde su niñez hasta que son mayores. Esto es, quizá, lo que me ha resultado un tanto pesado del libro: la historia arranca antes incluso del nacimiento de los futuros reyes de Neimhaim y asistimos a su crecimiento, una introducción que se extiende más de 250 páginas que, si bien está fantásticamente ambientada, me ha resultado un tanto pesada por el exceso de descripciones que no aportan demasiado a la trama.
Otra cosa que no me ha terminado de convencer de la novela es que la narración es un tanto fría, despegada de la trama. Todo lo que cuenta es interesante, pero ese desapego del narrador, especialmente en la primera parte, hace que cueste sumergirse en la trama. A partir de la segunda parte hay una mejoría notable tanto en narración como en la historia, que se complica, se añaden muchísimos personajes secundarios y ya es un no parar hasta el final.
Debo decir que he estado especialmente atenta a la ortografía y gramática por pura curiosidad. La autora afirmó que le ha dedicado veinte años al libro, gran parte a escribirlo, pero unos cuantos años a corregirlo y estaba intrigada. Es una edición muy cuidada y en las casi 900 páginas que lo componen sólo he podido encontrar 2 erratas, que ni siquiera pueden considerarse faltas ortotipográficas.
En definitiva, Neimhaim es una historia de peso, para sumergirse poco a poco en ella y disfrutarla. Si os gusta la fantasía y/o el mundo vikingo, desde luego no os la podéis perder. Yo esperaré a la segunda parte que confío no tarde otros 20 años en llegar a nosotros.
Muchas gracias a Fantascy por facilitarme el ejemplar. Si queréis más información de la novela o leer el primer capítulo, pinchad aquí.