Todos conocemos a
Mary Poppins, la estupenda niñera que se hizo cargo de los revoltosos Jane y
Michael Banks, y enderezó su comportamiento con un poco de azúcar. Hemos
crecido con la película y ya forma parte casi de nuestra familia.
Todos conocemos a
Mary Poppins pero… ¿realmente es así? ¿Realmente conocemos a la Mary Poppins
original, la que surgió de la imaginación de P.L. Travers? Pues os puedo
asegurar, después de leer este libro, que no.
Adaptar una novela
a la gran pantalla es muy, muy difícil, y muchas veces el resultado final no
tiene nada que ver con el original y si bien en esta historia hay una familia,
los Banks, unos niños, Jane y Michael, y una niñera, Mary Poppins, poco tienen
éstos que ver con los originales, especialmente la última.
Mary Poppins es
terca, cabezota, presumida, testaruda y es imposible discutir con ella. Siempre
se termina enfadando, por una u otra razón. Es muy peculiar, y con ella siempre
pasan cosas sorprendentes, pero nunca, jamás, hables de ellas después de que
hayan ocurrido, sólo conseguirás hacerla enfadar.
Mary Poppins llega
a casa de los Banks igual que en la película, pero son cuatro los niños de los
que hacerse cargo: Jane y Michael, y los gemelos bebés, John y Barbara. Les
llevará a pasear, a tomar el té con su tío (y todos sabemos cómo acaba eso) y a
viajar a lugares fantásticos, pero siempre, invariablemente, terminará
enfadándose.
Son libros
infantiles, así que la lectura es muy sencilla, se detiene poco en las
descripciones y se centra más en contarnos el día a día de la locura de casa de
los Banks. Tienen una doncella, la cocinera, un mayordomo (que no sirve para
nada, la verdad) y, además, la niñera. Y, claro, los cuatro niños y el señor y
la señora Banks (que no es sufragista, claro, de hecho, no se menciona que haga
nada en especial…). Son personajes en los que no se profundiza, se marcan unos
pocos rasgos de su carácter y ya está, para que los niños no se pierdan con
complejidades. También conocemos a Bert, el pluriempleado deshollinador; y a
los residentes de la calle del Cerezo: el almirante Boom, la señorita Alondra y
su perro…
Es un libro en el
que pasan infinidad de cosas y que me ha gustado mucho pero no puedo evitar
pensar que esta no es la Mary Poppins de mi infancia. Imagino que los niños que
crecieron leyendo los libros sentirán algo parecido respecto a la película:
¡son todos tan distintos!
En definitiva: una
lectura entretenida que inicia una saga de libros (creo que seis en total) que
tengo la intención de leer completa. Si os gusta la literatura infantil, o tenéis peques cerca, desde
luego, tenéis que adentraros entre sus páginas.