Tercera y última entrega de esta sección, cuyo título igual reutilizo para otras cosas. En este caso, os traigo una reseña pura y dura, quizá la primera reseña que hice en mi vida. A ver qué os parece.
ZUSAK,
Markus
La ladrona de libros/Markus Zusak;
traducción de Laura Martín de Dios. — Barcelona: Lumen, DL 2007
531p.: il.; 24cm. [1]
Siempre me ha gustado leer. Desde
antes incluso que supiera hacerlo. En esta sociedad tan audiovisual,
cada vez parece que las cifras de lectores disminuyen, en vez de
aumentar, y yo, personalmente, no lo entiendo. No puedo estar sin
leer, vivo en un bucle perfecto de libros, sin importarme lo que haya
en mis manos, siempre y cuando sus páginas estén llenas de un poco
de literatura.
De esta manera, a veces descubro
auténticas maravillas. Al no ceñirme a un estilo o a un autor
(aunque tenga mis preferencias), puedo encontrar una perla en mitad
de esa marabunta de basura literaria. No quiero criticar a nadie, ya
que este espacio está dedicado a ensalzar libros, no a quemarlos,
pero bien es cierto que ahora mismo cualquiera puede ser escritor, y
las librerías están plagadas de libros no leídos, muchos de dudosa
calidad.
Tengo un afán de aventura que me
lleva a sumergirme en las páginas de una novela sin apenas saber
nada de ella. A veces el título me llama la atención, como fue el
caso de La Ladrona de Libros, de Markus Zusak. Me metí
de lleno en la lectura de una novela sin saber de qué iba, sin
leerme la contraportada. Este libro me atrajo como un imán.
Empecé a leer, descubriendo, con
admiración y sorpresa, que la voz narradora era ni más ni menos que
la Muerte. Una Muerte cínica, irónica, con un peculiar sentido del
humor, pero sobre todo, no humorística, no bufonizada.
Sólo por la forma de narrar ya merece
la pena leerse el libro, pero además la trama es profundamente
triste, tremendamente fresca y absolutamente encantadora.
Muchos libros hablan de la II Guerra
Mundial. Este es uno más y sin embargo, no merece ser metido en el
mismo saco.
La Muerte nos cuenta la historia de
Liesel Meminger, una niña alemana que vive en un pueblo cerca de
Munich con sus padres adoptivos. Una niña que desea aprender a leer,
que tiene pesadillas, que se hace amiga de un judío, y que aprende a
leer de madrugada; que roba libros y cuya pasión por la lectura le
salvará la vida.
Sin duda un libro que nunca podré
olvidar, un libro especial. He considerado que era una buena forma de
iniciar esta serie de crónicas... o críticas literarias. No me
gusta demasiado destripar libros, así que nunca seré un “buen
crítico de libros”, pero podéis fiaros de mí cuando os digo
que esta novela ha de ser leída. No esperéis a que hagan la
película.
[1]. Nótese la formación bibliotecaria.