lunes, 2 de marzo de 2015

La subasta del lote 49, Thomas Pynchon

   He leído muchos libros a lo largo de mi vida. Libros buenos, libros malos, libros breves, libros tochos, libros únicos, libros que son partes de sagas, libros aburridos, libros tan entretenidos que no podía parar de leerlos, libros... Bueno, creo que captáis la idea. Desde que contaba mi edad con un solo dígito, leo todo lo que cae en mis manos, y siempre estoy con al menos un libro empezado.

   Con todo lo que he leído, nunca me había pasado encontrarme un libro como La subasta del lote 49. A día de hoy, con la lectura recién finalizada, no sé decir si me ha gustado o no.

   La narración es impecable, un estilo limpio, con ciertas florituras, un vocabulario  muy rico y unos diálogos absolutamente brillantes (creo que lo mejor del libro, casi sin dudar), pero el problema es que las cosas que van sucediendo no tienen sentido, lógica ni un hilo conductor firme. Y aquí es donde hago el inciso: no es que le falte porque el escritor sea malo, sino que tengo la sensación de que todo ese batiburrillo que es La subasta del lote 49 es totalmente intencionado.

   La protagonista, Edipa Maas, se ve involucrada en una curiosa trama al ser nombrada albacea del testamento de un tal Pierce, ex amante de Edipa que se ha hecho asquerosamente rico con el tiempo. Lo que pasa desde que va a San Narciso a ejercer sus labores de albacea hasta el final del libro es la cosa más extraña y sin sentido que he leído en un libro. Creo. Tiene partes que más o menos se entienden, pero, en general, todo es disparatado, absurdo y teóricamente hilarante. A mi no me ha hecho gracia en absolutamente ningún momento, así que ese adjetivo me lo saltaría.

   Creo que Pynchon es un escritor difícil, y me atrevería a decir que o lo amas o lo odias. Yo no llego a odiarle, pero desde luego después de esta experiencia no me he quedado con muchas ganas de repetir. Ha sido un reto, y me ha gustado terminarlo aunque no me haya enterado de absolutamente nada.

   No es una novela que vaya a recomendar pero tampoco voy a disuadir a nadie de leerla. Es una lectura extraña, delirante, absurda, sin sentido y, seguramente, tramposa, haciendo creer al lector que hay algo escondido entre los disparatados sucesos que le ocurren a Edipa Maas que no está captando y eso es lo que le impide comprender el objetivo del libro. Si la intención de Pynchon era esa, le aplaudo y me quito el sombrero. Si era crear algo que de verdad tenía sentido, entonces se ha equivocado estrepitosamente.

 

6 comentarios:

Xaquelina Matesanz - Opinión Fugaz dijo...

Veo que te ha desconcertado jajaja Seguramente era la intención del autor y contigo lo ha conseguido. De todas formas, no me gusta perder el tiempo con un libro confuso cuando tengo muchos esperando en la cola. Muchas gracias por tu reseña.

Un beso

Margari dijo...

Pues sí, como dice Xaquelina, sí que te ha desconcertado este libro. La trama no me llama, así que no creo que me atreva con él.
Besotes!!!

Ysa dijo...

A mí no me llama expresamente pero después de tu reseña, que te ha dejado un poco descolocada, entiendo que haya gente que le pique el gusanillo y lo lea.
Bss

Ana Blasfuemia dijo...

Pues pese a lo que dices, y teniendo en cuenta que Pynchon es un autor al que tengo ganas de dar un "bocado", creo que me animaré, no sé si con este libro que comentas, esa es la duda, porque no sé si esa indecisión te la ha causado el libro o el autor.

Gracias y un saludo

Narayani dijo...

Uf, un libro complicado parece. No me llama nada. Pero nada, nada. Tal vez me equivoque descartándolo pero creo que no lo disfrutaría.

Besos!

MenteLectora dijo...

Me recuerda a un libro que leí no hace mucho. Me gustó bastante, pero no sabría explicar bien porqué, era también muy lioso.

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